Por una parte se van a optimizar procesos, y sobre todo aumentar los tiempos de utilización de los quirófanos propios, pero además y en algunos casos se va a contar con hospitales privados a los que se trasladarán algunas especialidades menores, para ser operados en ellas.
En estos momentos se está en una cifra sobre los 7.800 pacientes que esperan una intervención quirúrgica desde hace al menos seis meses, una cifra altísima que hay que reducir. Es cierto que desde hace unos meses estos números decrecen, al compás de una pandemia que está dejando trabajar en mejores condiciones a los hospitales aragoneses, pero todavía son cifras preocupantes.
En los cinco primeros meses del año 2022 se ha operado a unas 420 personas con concierto hacia hospitales privados y a alrededor de 2.073 pacientes con un aumento de la actividad quirúrgica en el sistema público fuera del horario ordinario y habitual.