Esta viñeta de hoy en El País, de El Roto, es un ejercicio tremendamente útil, aunque suene a broma el dibujo. Claro…, la diferencia es que no debemos ser nosotros los que nos mandemos mensajes, pero a falta de la familia, hay que buscar cómo ser sustitutos, como poder encontrar personas que los sustituyan.
Yo con mi hermano que vive solo, durante la pandemia todos los días al levantarnos nos mandábamos un mensaje corto. A veces un emoticono. Es un simple aviso de que todo va bien, va igual. Y si se observa una indecisión, una llamada puede hacer milagros.
Tenemos que tener seguridad pasiva y social, tenemos que estar acompañados aunque sea desde la distancia, tenemos que detectar lo mejor que cada uno podamos y sepamos, las realidades de las personas.
No es sencillo, pero crear redes personales de atención, de simple aviso, es fundamental.
Desde el Centro de Salud de la Jota se está trabajando muy bien el tema de "La Soledad no deseada" a través de la trabajadora Social. Es importante crecer en estos apartados.