El Barómetro Juvenil 2021 sobre Salud y Bienestar realizado en España ha sacado algunas conclusiones que es interesante conocer. Habla del estado percibido en Salud mental y física entre jóvenes españoles desde los 15 a los 29 años, una edad que ha sufrido mucho la pandemia de covid-19 y que está sufriendo las consecuencias de los cambios laborales y sociales de este periodo crudo y duro.
Veamos sus conclusiones.
- La autopercepción de la salud entre la juventud española es sustancialmente peor en 2021 en comparación con años anteriores: en 2017 un 86,7% afirmaba tener buena o muy buena salud, porcentaje que pasa al 77,5% en 2019 y al 54,6% en 2021.
- Las mujeres perciben que tienen un peor estado de salud que los hombres, con una diferencia de hasta 10 puntos porcentuales.
- Se ha producido un ligero descenso de la población joven que se preocupa bastante por su imagen externa con respecto al 2019. La variación es significativamente más elevada en el caso de los hombres —pasando del 23% al 15,5% en 2021 y situándose 12,2 p.p. por debajo de las mujeres.
- En la misma línea, son ellas las que declaran en mayor medida realizar dietas de adelgazamiento para verse mejor estéticamente.
- Las mujeres declaran sufrir problemas psicosociales en mayor medida que los hombres, dándose las diferencias más notables – entre 15 y 20 puntos porcentuales más – en las sensaciones de tristeza, cansancio y apatía, ansiedad y en los problemas de concentración.
- También es el grupo más joven el que presenta valores más elevados en dichos problemas en comparación con los de 20-24 años y, especialmente, con el grupo de más edad.
- El porcentaje de población joven que declara haber padecido problemas de salud mental con mucha frecuencia ha pasado del 6,2% en 2017 al 15,9% en 2021, destacando una vez más las mujeres, que están cerca de doblar el porcentaje de los hombres.
- Del total de problemas de salud mental declarados, un 36,2% afirma contar con un diagnóstico, principalmente depresión o trastornos por ansiedad.
- También se observa un aumento en la ideación suicida con alta frecuencia, que ha pasado de un 5,8% en 2019 a un 8,9% en 2021.
- Pese a declarar mayores malestares, el porcentaje de jóvenes con problemas de salud mental que busca ayuda profesional ha disminuido sustancialmente desde 2019, pasando del 59,5% al 50,8% en 2021.
- También se ha reducido ligeramente el consumo de psicofármacos con respecto a 2019, aunque 1 de cada 4 jóvenes declara haberlos tomado. De estos, la mitad los consume sin prescripción médica, algo que se acentúa en el caso de los hombres y de la población con edades comprendidas entre 15 y 19 años, rozando estos valores el 60%.
- Cerca de la mitad declara estar muy satisfecho/a con su vida, aunque el nivel de satisfacción disminuye si se les pregunta por sus estudios, trabajos, perspectivas de futuro o su situación económica.
- Estas cuestiones generan estrés para más de la mitad de los y las jóvenes, con valores más elevados entre las mujeres.
- La realización de actividades físicas en el caso de los hombres y de actividades divertidas o relajantes en el caso de las mujeres, son los recursos más utilizados para paliar dicho estrés.
- Uno de cada cinco jóvenes no comparte con nadie los problemas vinculados al estrés, porcentaje que llega al 26,5% en el grupo de menos edad, y cerca del 10% afirma no acudir a nadie para buscar consejo o ayuda ante una cuestión personal grave.
- La familia es la principal fuente de apoyo social en la juventud, sobre todo en el grupo más mayor. Entre los 15 y los 19 años acuden en mayor medida a sus amistades.
- Con respecto al 2019, se ha incrementado el porcentaje de población joven que lleva a cabo prácticas de algún riesgo con alta frecuencia, siendo practicar relaciones sexuales sin protección la más extendida (22,4%), seguida de la participación en peleas (10,5%) y superando en todos los casos los hombres a las mujeres.
- El nivel de inseguridad declarado y percibido ante situaciones de riesgo se ha reducido en comparación con 2019 y son ellas en este caso las que se sienten más expuestas y en riesgo.
- El incremento de la frecuencia con la que los y las jóvenes declaran afrontar problemáticas psicosociales y el empeoramiento que se ha observado entre 2019 y 2021 tanto en la autopercepción de la salud en general como en los problemas ligados a la salud mental se puede atribuir en cierta medida a la pandemia de la COVID-19 y a las situaciones de incertidumbre derivadas de la misma.